En cualquier profesión, tener mala ortografía es sinónimo de mala imagen, nos describe como personas descuidadas e incultas. Es, de alguna forma, como presentarse sucio a una junta.
Como PRs debemos ser aun más cuidadosos de lo que escribimos y cómo lo hacemos, no solamente en la información que se libera a prensa, si no también en los correos que mandamos y en nuestras redes sociales personales. Las relaciones públicas son una labor de tiempo completo, nuestra vida pública afecta nuestro trabajo.
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