Para los que nos dedicamos a las Relaciones Públicas es indispensable, durante un evento, mantener la calma. Para que esto sea posible es necesario “hacer la tarea” antes de comenzar y tener claro ¿qué está en nuestras manos?
Pensar bien la lista de convocados y hacer la confirmaciones en tiempo y forma, invitar a los medios adecuados, revisar que los espacios para la prensa e invitados sean cómodos y apropiados, y planear el seating con anticipación, son algunos de los aspectos que se deben tener listos antes de cualquier evento.
Si todo lo anterior está en orden, no tendríamos por qué perder la calma, pase lo que pase, mantenerse en el presente permite tomar decisiones asertivas en caso de algún contratiempo. Pensar que nadie va a llegar, por ejemplo, puede alterarnos al punto en el que tomamos el teléfono para invitar a gente que no tiene nada que ver pero que sabemos llegará y entonces al cabo de una hora tendremos a los invitados originales y 20 personas más que ya no caben.
Si en cada etapa del proceso hacemos nuestra labor, no hay razón para preocuparse por el futuro.
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