miércoles, 27 de junio de 2012

Un vistazo a la historia de las RRPP.


No es muy conocido el hecho de que las relaciones públicas son una, como la definiría Bernay, “ciencia social aplicada” que lleva existiendo muchos años.  Ya desde la época romana se tiene documentado cómo los senadores contrataban a personas de sociedad e influyentes personalidades de la república para asegurar y/o mantener sus escaños en el Senado Romano.

Un gran ejemplo de relaciones públicas, por ejemplo, son los viajes de María Antonieta alrededor de la Europa pre-napoleónica para atraer inversión al entonces reino de Francia. Así diversos duques hacían lo propio para atraer dinero a sus ducados, volviéndose una práctica frecuente en la Francia pre-revolucionaria.

Volando a través de los años, ya en la América libre, las relaciones públicas jugaron un papel  fundamental. El cabildeo, por ejemplo, que hicieran los estados pequeños de las 13 colonias para firmar la constitución norteamericana dio cabida a la existencia del sistema bicameral que aún persiste en la nación de las estrellas y las rayas. No sólo eso, sino en la postguerra, el presidente Dwight Eisenhower realizó por primera vez una campaña basada en las relaciones públicas y la publicidad, echando mano de la recién inventada televisión. John F. Kennedy, por otro lado, fue el primero en hacerle notar a los políticos que la imagen también contaba, siendo este el ganador del primer debate televisado.

Las herramientas de las relaciones públicas, sin lugar a duda, han funcionado en diversos giros, no sólamente en la política. Con los años se han ido afinando y diversificando, acoplándose a la necesidad de cada cliente y cada momento de la historia de la humanidad; mas el cor de la misma sigue siendo el mismo: apelar al subconsciente de las personas para atraerlas a nuestro producto.

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