Las cuentas personales de twitter funcionan, muchas veces, como válvula de escape. Para quejarnos del tráfico, de la cantidad de trabajo o del hombrecito que te acaba de hacer enojar en la cola de las tortillas (por decir algo). Se convierte también en un mar de miel y abejas cuando estamos enamorados o una telenovela venezolana cuando estamos deprimidos.
Todos esto está muy bien si es un tuit inocente y terapéutico, si no lleva una gran carga emocional del tipo ¨Te lo digo Juan para que entiendas Pedro¨. Cuando tratamos de utilizar esta plataforma para conseguir enojar a alguien todo se convierte en un jueguito de a ver quién puede más. Si el o los involucrados se enganchan, inevitablemente, se arma la de Dios es padre y todos tus conocidos se enteran de cosas que ni quieres que se enteren, ni tendrían porque saberlo. Por mucho que no menciones nombres.
Sí, la cuenta de twitter es personal, pero es también pública y no te puedes retractar cada vez que te emberrinchas, no podemos olvidar que todo comunica, nunca sabes si una escenita virtual desilusione al que iba a ser el futuro amor de tu vida, o peor aún, al caza talentos que estaba por descubrirte.
Consejito, si estás muy enojado, emocionado, enamorado (o cualquier ado) cuenta hasta 10 y medita tus tuits. Feliz puente y recuerden, si tomas no tuitees.
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