No, no son lo mismo. Es muy común
que las personas confundan la labor de un convocador con la del
publirrelacionista, o que les llamen publirrelacionistas a los convocadores
–casi nunca de la otra forma. Es por eso que en este post dejaremos en claro
las diferencias.
En realidad es una y es muy
sencilla: el convocador, como su nombre lo dice, se dedica a “convocar” a
personas de un específico rango de edad, profesión, gusto, entre otros rasgos;
para un evento, lugar, reunión u otra ocasión. El publirrelacionista, por otro
lado, se dedica al mantenimiento o creación del prestigio de una marca y a la
imagen que se tiene sobre la misma en el mercado, así como de atraer clientes y engravarla en el
subconsciente colectivo.
Muchas veces el
publirrelacionista tiene que realizar la labor del convocador, nunca viceversa.
La relevancia de saber la diferencia es conocer qué es lo que queremos de la
agencia o persona que estamos contratando, ya que cada uno de estos trabajos
requiere de habilidades específicas y de una preparación diferente. Saber qué
esperar de cada elemento que se contrata es siempre el primer paso para
cualquier estrategia de negocios exitosa.
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