viernes, 15 de abril de 2011

¿El correo electrónico será sólo una herramienta de trabajo?

Por @desubikarla

Siempre que hablo de correo electrónico me acuerdo de mi primera cuenta de Hotmail. Era 1998, yo estaba por salir de viaje a Europa con mi mejor amiga, íbamos armadas con una mochila azul chillante –estorbosa hasta la pared de enfrente-, un abrigo de peluchito que compramos separadas y resultó ser idéntico y una cuenta nuevecita para comunicarnos con el otro lado del mundo.

Cada vez que llegábamos a una ciudad nueva investigábamos dónde había algún lugar con Internet para enterarnos de lo pasaba, eran mails extensos y con lujo de detalle, nos dejábamos ir.

Aquella cuenta de Hotmail todavía la conservo, aunque la abro muy poco y es rarísimo encontrarme algún mail que no sea una notificación de las millones de cosas que están asociadas a ellas o alguna cadena de mi tía distraída que sigue creyendo que las abro.

Con mis amigos y familia me comunico a través de redes sociales, los mensajes son cortos pues, si me siguen en Twitter o Facebook, saben perfecto en qué ando. Es más para ponernos de acuerdo de dónde comeremos para chismear o para compartir las historias de media noche, esas que no publicas en el wall.

Mi correo lo uso, principalmente, para cuestiones de trabajo . Es rarísimo que mande un mail con algo personal, de vez en cuando para mandar una canción. Me pregunto si mi hermanito el tallarín use su cuenta para algo más que entrar a Messenger o para registrarse en la red social de su confianza y si cuando se incorpore al mundo laboral tendrá la costumbre de revisarlo constantemente y contestar como hago yo.

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