jueves, 4 de abril de 2013

México, un nuevo rumbo en sus relaciones públicas.



Estos  primeros días del nuevo gobierno presentan una serie de diferencias con su antecesor que, además de ser notorias, merecen un análisis. La administración del pasado presidente se esmeró por volver su valiente lucha contra el narcotráfico el centro de su campaña de comunicación. El reciente líder del ejecutivo ha decidido cambiar esa estrategia. Si bien la guerra contra los  jefes de los cárteles sigue en pie, ahora los mensajes claves de nuestro país se han transformado.

La invitación al presidente de los EEUU para visitar México, así como la visita que hará el nuestro a tierras chinas son dos cambios drásticos en la forma de llevar la relación con las demás naciones, sobre todo las dos más económicamente poderosas. Siendo parte de ese selecto club de encumbrados, y empezando poco a poco a opacar al que fuera el omnipotente Brasil, el gobierno de la república ha emprendido una campaña por difundir la idea que quiere que el mundo, y sus propios ciudadanos, tengan de la nación. 

Es así como en la política, como en cualquier otra actividad, las relaciones públicas juegan un papel fundamental, siendo esta peculiarmente criticada y seguida no solo por expertos sino por la gente en general. De allí la necesidad de que una buena estrategia de comunicación sea labrada por los encargados de representar al pueblo, pues la imagen que ellos transmiten es la que adoptarán los extranjeros, y hasta los que los eligieron, de la ciudadanía que representan.

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