La religión y las relaciones públicas.

Las relaciones públicas es una de las profesiones que, al menos en México, es poco conocida y estudiada. Rodeada de mitos y concepciones erróneas, la labor de los publirrelacionistas es muchas veces confundida con la de los convocadores, planeadores de eventos, publicistas, y hasta los encargados en marketing y ventas. También es vista como una profesión “fiestera” y llena de glamour y cocteles elegantes. En realidad, y como hemos comentado en este blog, mucho del trabajo del pr es la creación de estrategias, la planeación y aceleración de hacer del cliente un concepto que se anida en la mente de su mercado o posibles consumidores.

Como se mencionó antes en este blog, uno de los sectores más redituables para las RRPP es el de las asociaciones sin fines de lucro, siendo el religioso el más prolífero económicamente (al menos en EEUU). Es por eso que, si bien el cónclave es una institución antiquísima y espiritual, los intereses que en él se concentran se enfocan en la realidad contemporánea. Es por eso que el cabildeo o lobbying, una de las herramientas utilizadas por los publirrelacionistas sobre todo en el sector público y empresarial, así como de relaciones corporativas, fue el denominador común en el preámbulo del “con llave”. El resultado: la Iglesia Católica Romana  ha nombrado por primera vez en su historia a un papa latinoamericano, una de las regiones que más le generan a esta institución tanto en número de fieles como en dólares.

El que el nuevo “vicario de Cristo” sea un argentino del ala progresista de la Santa Sede no es coincidencia alguna. La América Latina está viendo caer drásticamente su número de fieles, así como los jóvenes en el mundo están empezando a dejar la iglesia por millares. Como movimiento de relaciones públicas, tener a un cardenal que aunque no joven, tiene ideas “progres”, y pertenece a una región cumbre para el catolicismo, resulta atinado y lógico, pues el mismo es, a la vez, un férreo defensor de los valores de la congregación fundada por San Pedro. Es así como una materia que muchos creen exclusiva de la moda y los centros de consumo como las relaciones públicas, permea a grupos de tanta tradición e historia como es el Vaticano, obligándonos a tomar acciones para permanecer en la mente de sus creyentes… O “clientes”.