Como
se escribió en este blog el pasado martes, Camilo José Cela, el famoso escritor
gallego y nobel de literatura en 1989, ejerció lo que se podría definir como
“relaciones públicas al revés”. Su carácter intempestivo e impetuoso y su
capacidad de hacer lo opuesto a lo que escribía sin perder credibilidad, le
otorgan un lugar muy especial entre los que se dedican a formar parte del
ideario popular y ser una figura pública.
En
la actualidad esta técnica aún funciona, y no solamente para las personas cuya popularidad
los hace “famosos”. Marcas de ropa, por ejemplo, entrenan a sus empleados para
que presenten un cierto aire de desdén, creando así en los consumidores el
“deseo” de adquirir una de las cotizadas piezas. Celebridades o socialités, por otro lado, no se
miden en sus desplantes y exigencias, alimentando el mito de la dificultad que
es acercárseles y su estatus de intocables.
Si
bien no es la idea más popular ni la más acertada para una estrategia de
relaciones públicas, sobran referencias actuales a esta forma de
publirrelacionismo (valga el neologismo). Conocer las propuestas y todas las
ideas (por más descabelladas que parezcan) posibles para llevar a cabo
correctamente las metas establecidas en el ámbito de las RRPP siempre es
importante, pues es en este espectro donde se hallará la idónea para cada uno
de nuestros clientes.
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