Mantener una buena reputación está en riesgo hoy más que nunca. Los canales de información, nuevos y tradicionales, esparcen las malas o falsas noticias con una rapidez que no se había visto antes. El número de influenciadores a quienes tenemos que comunicar también ha crecido considerablemente. Por esto, es importante tener una estrategia continua de relaciones públicas y manejo de reputación o crisis.
Casos como el de Top Gear o el de Aristegui toman grandes dimensiones gracias a las redes sociales, comunicación de boca en boca pero pública. Hoy las opiniones personales se suman y se hacen trending topic, cuando éstos son relevante los medios tradicionales de comunicación lo replican y se genera un efecto bola de nieve.
Una respuesta inteligente y a tiempo puede detener el efecto pero es necesario monitorear y escuchar constantemente lo que se dice para poder actuar en consecuencia. Ignorar puede salir muy caro en estos tiempos.
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