Desde eras
inmemoriales la joyería ha sido parte importante de la moda femenina. Ya fuera
para demostrar rango dentro de una tribu, un título nobiliario o simplemente
lucir el buen gusto que se poseía, las mujeres han siempre gozado de este. Sin
embargo no solo ha sido parte importante del sexo de Venus, los de Marte
también se han caracterizado por utilizarla en muchas ocasiones: coronas,
collares, mancuernillas, entre otras, han sido parte de la moda masculina con
el devenir del tiempo.
En la gloriosa belle époque,
la art nouveau marcó el estilo a usar. Es en esta época donde
la joyería deja de ser solamente mandada a hacer y empieza a tomar un carácter
de prêt-à-porter. Las grandes casas joyeras empiezan a tomar
estilos más atrevidos, con creaciones únicas y formas jamás antes vistas en el
mundo de las piedras preciosas y las de fantasía. Es la famosa Gabrielle “Coco”
Chanel la que empieza a poner en boga (del francés vogue) la
joyería de fantasía y las de piedras preciosas de menor costo pero no por eso
menos vistosas.
En España nace en 1943 la Joyería Suárez, sin duda la más reconocida de
la tierra del sol eterno, quien en 2003 tuviera el honor de ser la encargada de
proveer los regalos de compromiso de SS.AA.RR Los Príncipes de Asturias. Con
una trayectoria impecable, Suárez decide tener una hija “rebelde”, como lo
fuera Coco Chanel a la joyería de su tiempo, con Aristocrazy, una atrevida
marca de joyería prêt-à-porter que combina la excelencia de
Suárez con la juventud y las nuevas tendencias. Este híbrido único está a punto
de abrir en nuestro país su primera boutique en Vía Santa Fe, el nuevo hogar de
las casas de lujos en el distrito financiero de la Ciudad de México, marcando
un hito en la historia de la moda joyera latinoamericana y mundial, pues es
nuestro país el primer lugar en el mundo en donde habrá un punto de venta de
Aristocrazy fuera de España.
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