miércoles, 18 de julio de 2012

Más que planeadores de eventos.



En este blog se han tratado de difuminar diversos mitos sobre la labor de los expertos en relaciones públicas. Sin lugar a duda, ahora toca turno a uno de los más notorios: la fama de los publirrelacionistas como “organizadores de eventos” o “planeadores de fiestas”. Chistoso resulta este mito cuando, en realidad, la producción de eventos no significa ni una décima parte del trabajo que se hace en las oficinas y/o agencias de RRPP.

Un publirrelacionista, por ejemplo, dedica la mayor parte de su tiempo a la elaboración de textos, los cuales serán entregados a medios o a los mismos clientes para su publicación y/o difusión. Por lo anterior, una de las principales habilidades requeridas en los dedicados a esta materia es la de tener una buena redacción y ortografía. Además, en una economía global como la que vivimos ahora, el buen nivel de inglés y la empatía con otras culturas y estilos de vida, son necesarios para desarrollar la labor.

En otro tenor, las habilidades interpersonales, aunque necesarias, no son las únicas que se requieren. La capacidad estratégica además de la buena planeación y una férrea disciplina, son las principales virtudes de un buen administrador de relaciones públicas. Lograr una estrategia de posicionamiento de marca, por ejemplo, requiere de dedicación y horas oficina, más que del networking que ocurre en los eventos. Por tanto, aunque parte de las relaciones públicas, los eventos resultan sólo una de tantas estrategias utilizadas, sobre todo por el word of mouth y la diversificación en prensa. 

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