jueves, 23 de agosto de 2012

El que busca no siempre encuentra, el arte del monitoreo.


El arte del monitoreo es como el trabajo del artesano: extenuante, laborioso pero, si bien hecho, muy retribuyente. Esta última cualidad, sobre todo, si se hizo bien el trabajo de relaciones públicas y  por ende se llegó a la meta. Sin embargo, requiere de un ojo cauteloso y una mente acuciosa dedicada a explorar los recovecos más intrincados de (todos) los medios.

El trabajo consiste en encontrar todas las notas que se han hecho y publicado o emitido sobre el cliente o el trabajo realizado para el mismo. Puede leerse sencillo, mas es una ardua labor. La aparición y desaparición tan frecuente de medios, la diversificación de los mismos, el boom de los blogs, el seguimiento en el río interminable de las redes sociales, el tiempo al aire de la radio y la televisión, el caudal de información del internet… En fin, hay mucho en dónde buscar. Tanto, que existen empresas dedicadas exclusivamente a este trabajo.

Buscar y rebuscar, sin embargo, no sirve de nada si el trabajo realizado no fue satisfactorio. Desde la convocatoria de medios hasta la realización misma de lo comisionado o acordado por o con el cliente, cada parte de la labor se puede ver reflejada en el monitoreo. Así que ni el mejor monitoreo puede salvar una pobre labor de RRPP, pero puede compensar sobremanera la de buena calidad. 

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