Comienza la temporada de eventos, desde el 20 de septiembre y hasta el 15 de diciembre, las marcas pelean por estar presentes en los medios. Las agendas de los fotógrafos de sociales se llenan a reventar semana tras semana. La gente recibe invitaciones a para 3 eventos el mismo día. La época de la “eventitis”.
La razón por la que esto sucede es sencilla, las ventas decembrinas. Sabemos que a final de año la gente gasta mucho más, compras navideñas, reuniones de fin de año, cenas entre amigos, etc. Y sí, hay que estar presentes en la mente de los consumidores para influir en su decisión de compra pero, ¿No serán demasiados los impactos?, ¿Recordarán la marca o sólo la fiesta?.
Además, con tantos eventos hay que hacer cosas para llamar la atención, para lograr que te publiquen. Al final la marca acaba gastando mucho más de lo que tenía presupuestado y muchas veces con esfuerzos vanos o poco alineados con la estrategia.
Vale la pena pensar bien si es un evento lo que queremos hacer, hay otras formas de llamar la atención de la prensa, probablemente se consiguen menos notas pero es posible que sean de más calidad. Los eventos funcionan, sí pero sólo cuando forman parte de una estrategia.
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