lunes, 15 de octubre de 2012

¿Qué es el boilerplate?



La mayoría de la personas que siguen nuestro blog (o alguno otro de RRPP) se habrán dado cuenta del texto que, en una fuente de menor tamaño que la del cuerpo, acompaña al primer boletín que se publica sobre una marca o algo referente a esta. Esa formalidad tiene un nombre y, de no ser incluida, puede afectar el fin mismo: informar de manera sucinta y formal al cliente o posible cliente sobre la compañía que representamos.

Boilerplate, anglicismo que no se castellaniza, es el nombre de esta parte del boletín. Este deriva del cilindro de hierro utilizado para realizar calentadores de vapor, muy parecido al utilizado a finales del siglo XIX para la producción masiva de textos (los textos que no iban a ser reproducidos frecuente y masivamente se imprimían en rollos de plomo). El contenido de un boilerplate, siendo un fragmento que habría de acompañar todos los boletines, es una metáfora de ese rodillo: permanente, duradero y reutilizable. De allí la metonimia. 

Las formalidades del boilerplate son tres: nombre y actividad de la empresa, breve historia  (fiscal, cómo se originó, entre otras, esto dependiendo el texto que se desarrolle) incluyendo misión y visión,  y método/forma de contacto (que hoy en día equivale a poner la página web, el Facebook y la cuenta de Twitter de la empresa). En cuanto a su presentación, siempre debe de ser al calce, a forma de pie de página; con un lenguaje sencillo y nunca más largo que dos párrafos ni que el boletín mismo. La repetición de esta información permitirá a cualquier persona –conozco la marca o no- poder tener referencia sobre lo desarrollado.

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